
LE 27 – Perpignan
En nuestra escapada en familia a principios de años nos acercamos a Perpignan por su cercanía y porque en los alrededores hay lugares interesantes, además hacía 20 años de nuestra anterior visita a la ciudad.
Como siempre que vamos los cuatro juntos, y vamos a pasar más de una noche fuera, nuestra primera opción es el apartamento por la libertad de movimiento que nos proporciona ya que suelen tener más de una estancia y porque nos facilita mucho el tema de las comidas que es algo que, a mi particularmente, me estresa.
Perpignan no es una ciudad excesivamente grande y su casco histórico está bastante recogido, la mayoría de alojamientos que encontrábamos se situaban bastante cerca del centro así que empezamos a tener otros aspectos en cuenta como el precio y la tranquilidad, en esta ocasión no necesitábamos guardaequipajes ya que íbamos en coche, y después de leer unas cuantas opiniones en algunas plataformas nos decidimos por Le 27.
El primer aspecto positivo de este alojamiento es que si vienes desde el sur por la carretera D914 el acceso es casi directo ya que no tendrás que entrar en pleno centro de la ciudad. El apartamento se encuentra en una zona residencial en una calle paralela al Boulevard Jean Bourrat y aunque en esta calle principal el aparcamiento es de pago en la calle donde se encuentra el alojamiento y en las aledañas el aparcamiento es gratuito, además la casa dispone de aparcamiento propio justo en la puerta, que puede que este ocupado pero que está reservado para la casa por tanto si aparcais aunque esté pintado de amarillo nadie os va a decir nada. Nosotros aparcamos en la misma calle y cuando se liberó el aparcamiento de la casa cambiamos el vehículo, nos vino super bien para cargar el coche.
El contacto con los anfitriones fue muy fluido tanto por teléfono como por la plataforma de Booking y el trato muy cercano y amable, os podéis comunicar en español. Un rato antes de llegar les avisamos y cuando llegamos a la casa ya estaban allí, viven a pocos minutos. Nos recibieron y explicaron todo lo referente al alojamiento y nos dieron algo de información de la ciudad.
Se trata de una finca con dos planta, en la planta baja está el apartamento de 4, el que ocupamos, y en la primera planta el apartamento más grande que estaba desocupado.
El apartamento de abajo dispone de un vestíbulo enorme desde donde se accede al resto de estancias, una salón-comedor-cocina con salida a una terraza perfectamente acondicionada para disfrutarla si el tiempo lo permite, la otra es la habitación de matrimonio con ventana al exterior (foto destacada) y el cuarto de baño, separado en dos estancias, en una la ducha en otra el vater, se accede también desde el vestíbulo. El apartamento es recogido y funcional y las estancias son muy amplias además de estar decoradas con un gusto exquisito.

En el salon-comedor-cocina vais a encontrar dos ambientes perfectamente separados. Por un lado la cocina y por otro el salón y a la vez lugar donde van a dormir dos personas. Aunque en la información de la plataforma donde reservamos el alojamiento lo vendían como apartamento con una habitación y sofá cama encontraréis que lo que se vende como sofá cama son dos camas pequeñas que hacen las funciones de sofá. Estas dos camas pequeñas se encuentran en un extremo de la estancia junto a otros sillones y situada cerca de la tele.
En el otro extremo vais a encontrar la cocina con una mesa cuadrada donde comen cómodamente cuatro personas. La cocina está completamente equipada con todo lo necesario, incluso hervidor de agua, exprimidor y cafetera de cápsulas. También váis a encontrar productos de limpieza para el menaje, también hay lavavajillas, y pastillas.
Es de agradecer los productos de cortesía que dejan los anfitriones, los que podéis ver en la foto, además de una botella de agua en la nevera, el agua del grifo es buena.
El alojamiento no dispone de calefacción sino que se calienta con bomba de calor y en la habitación hay una estufa con termostato. Un pequeño inconveniente ya que al no estar todo el día en el apartamento y apagar el aparato al salir costaba que se calentara de nuevo. El fin de semana era frío y notamos un pelín de incomodidad en el salón pero las camas estaban muy bien vestidas y las niñas no pasaron frío. En la habitación dormimos a las mil maravillas, la cama era tremendamente cómoda y la ropa de cama muy caliente y nada pesada.
Por último comentar el tema baños. Por un lado hay la estancia con la ducha y un par de picas y por otro lado el vater con también otra pica. Muy útil la separación, nosotros no estamos acostumbrados pero en Francia es bastante común. Toallas, de baño, de manos y manopla para cada uno. También hay secador de pelo. Comentar el pequeño inconveniente del diseño de la ducha que no facilitaba para nada el que no saliese agua fuera al ducharse.
El wifi funcionó correctamente durante toda la estancia.
Le 27 es una buena opción para una escapada a la ciudad del sur de Francia, cómodo, bonito, práctico, funcional y bien ubicado es ideal para familias o grupos pequeños que deseen conocer la población o acercarse a lugares que quedan cerca como la costa vermella, la maternidad de Elna, la bahía de Paulilles o el castillo de Salses… las posibilidades son múltiples.
Nos alojamos en Le 27 en enero de 2019.
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