
EL MOLÍ DE SADERNES
El Molí de Sadernes es una casa de turismo rural para 12 personas situada en la Alta Garrotxa, al norte de la comarca. Para llegar debéis llegar hasta Montagut y desde allí coger la carretera a la izquierda convenientemente señalizada que nos lleva hasta Sadernes, un pequeño núcleo donde encontramos el Hostal de Sadernes, la iglesia de Santa Cecilia y Can Galcerán que funciona como camping.

A partir de aquí el acceso con vehículo es restringido en determinadas temporadas del año así que se tendrá que estacionar en esta zona, hay un par de espacios de aparcamiento. Los clientes de la casa tienen acceso libre. La casa se encuentra a unos trescientos metros pasada la iglesia. No tiene pérdida.
Una vez atravesada la verja nos vamos a encontrar un lugar donde la estancia nos va a resultar más que perfecta ya que la casa está equipada perfectamente tanto para invierno como para verano.
En el exterior de la casa hay suficiente espacio para estacionar los coches. Una zona de juegos con cama elástica, mesa de ping pong, canasta y arenero, juegos y columpios para los más pequeños. También espacio para juegos con pelota y red de badmington. Una piscina para los días de más calor, aunque en esta zona seguramente habrá que aprovechar las horas centrales del día y en pleno verano. También hay una terraza a la sombra donde en verano se coloca la mesa que en invierno esta situada fuera para aprovechar el calor del sol. Y en la parte de atrás de la casa hay la zona de barbacoa con todo y digo todo lo necesario.
En la misma finca y en un vallado con bastante extensión hay animales en semi-libertad, un burro, un caballo y algunos gamos que se dejaban ver cuando anochecía y que hicieron las delicias de los niños. En una segunda visita un año después la familia de gamos había aumentado hasta cuatro miembros uno de ellos especialmente bello.
El interior de la casa de dos plantas está perfectamente pensado para que nuestra estancia sea la mar de cómoda. En la planta de abajo vamos a encontrar una sala de estar con mucho espacio para relajarse, televisión, equipo de música, juegos de mesa, películas… y también un lavabo totalmente equipado.
Desde la sala de estar se accede a la cocina con una gran mesa para 12 personas y una cocina separada por una isla y equipada con todo lo necesario. Había menaje suficiente y de sobra para 12 así como todo lo necesario para cocinar, incluido pequeños electrodomesticos poco habituales como exprimidor o crepera, también hay cafetera de cápsulas, lavavajillas y también horno, y dos neveras. Tampoco tuvimos que preocuparnos por los productos de limpieza necesarios en la cocina así como trapos y paños de cocina.
El espacio es muy acogedor y permite a los ocupantes colocarse allí donde más cómodos estén, haciendo diferentes actividades sin interferencias.
Además la anfitriona había decorado la casa con motivos navideños sin escatimar en detalles, incluso pudimos hacer cagar el tió que encontramos a cobijo de un gran árbol de Navidad.
En el piso superior están las habitaciones, 5 en total, 3 eran dobles y 2 triples aunque movimos una cama para convertir una en cuádruple y que así los niños durmieran juntos. También en esta planta dos cuartos de baño totalmente equipados, incluido el secador de pelo, en uno de ellos, el más grande, estaba la lavadora, tabla de planchar y estendedor de ropa. También hay detergente para lavadora, plancha y suficiente papel higiénico.
La calefacción funcionó muy bien durante toda la estancia y mantuvo la casa caliente, nosotros además encendimos la chimenea, para dar más ambiente, no porque fuera necesario.
El wifi falló pero lo solucionamos cortando la electricidad y volviéndola a dar para que arrancara de nuevo el router, lo hicimos por nuestra propia iniciativa, pero la anfitriona nos comentó que era el proceder habitual.
No cogimos el coche en los tres días que estuvimos allí ya que desde la casa se pueden hacer excursiones a pie, como la que nos lleva a la ermita de Sant Feliu de Riu, para disfrutar de la zona que por la época del año en que la visitamos, finales de diciembre, no estaba nada saturada. En verano la cosa es diferente ya que desde aquí parte una de las excursiones más clásicas de la zona, el ascenso a Sant Aniol.
Así que ya lo sabéis. El molí de Sadernes nos gustó mucho y estuvimos como en casa. Os lo recomendamos y si ya lo conocéis no dudéis a compartir con nosotros cómo fue vuestra experiencia. Los comentarios enriquecen este blog.
Nos alojamos por primera vez en esta casa en diciembre de 2017 y volvemos en diciembre de 2018.

