
EL CLÁSICO TÁNDEM CADAQUÉS – PORT LLIGAT
Seguramente Cadaqués sea una de las poblaciones más conocidas de la Costa Brava. Situada en el Cabo de Creus es el pueblo más oriental de la península ibérica y junto a Figueres es una excursión clásica que todo turista extranjero amante del arte surrealista lleva en su agenda si visita Cataluña, sin duda por la proyección que de la zona hizo Salvador Dalí.
Pero no fue él solo el que sucumbió a los encantos de Cadaqués, la población atrajo a otros ilustres personajes como Eugeni d’Ors, Picasso, Marcel Duchamp, Joan Miró, Richard Hamilton o Albert Rafols-Casamada. Hoy día sigue siendo lugar de veraneo de personajes de la vida pública de Cataluña.
Y sí, Cadaqués es un lugar que se ha de visitar si se tiene oportunidad, pero…. y esto es una opinión muy personal, corre el riesgo, si no lo ha hecho ya, de morir de éxito.
Si os acercais en coche seguramente lo haréis accediendo o desde Roses (GI-614) o desde El Port de la Selva (GI 613), si venís desde El Port la de Selva llegaréis hasta la carretera GI-614 que viene de Roses y que llega hasta Cadaqués, no son muchos kilómetros pero la carretera se las trae, una vez dentro del Cabo de Creus es sinuosa así que atención a los propensos a marearse. Si sois de los que aguantáis bien las curvas vais a poder disfrutar del bello paisaje, si sois de los que os mareais o de los que tenéis hijos que se marean y parece que estén a punto de morir, puede que lleguéis un poco hasta el moño. Pero lo cierto es que todo el Parque Natural del Cabo de Creus merece un recorrido tranquilo, a pie o en coche, para descubrir los miles de rincones que se esconden entre las rocas que se precipitan hacia el mar.
Una vez lleguéis a la población y si la conocéis, puede que podáis aparcar el coche sin pagar, pero si no, el pueblo tiene habilitado un parking, de pago, enorme, lo normal es que encontréis sitio para estacionar el vehículo en este aparcamiento, de lo contrario ya os podéis imaginar cómo vais a encontrar el pueblo.
Desde el aparcamiento ya podéis empezar a adentraros en el entramado de calles empedradas, fachadas encaladas y puertas y ventanas de colores, donde predomina el azul.
Vais a llegar, con casi toda seguridad, al mirador que hay en la entrada de la iglesia de Santa Maria, si la vista panorámica más conocida es la que da especial protagonismo a esta iglesia mirando desde el mar, las vistas desde esta atalaya también merecen la pena.

Emprender la bajada os va a llevar un rato, para no perderos ningún rincón deberéis serpentear por las callejuelas que bajan hasta la playa Gran y Esportal desde la cual vais a dirigiros hacia la derecha buscando la que quizá sea la segunda estampa más reconocible de este pueblo, la que se obtiene de la Platja Port S’Alguer desde la calle Riba Pitxot (foto destacada), un lugar al limite, ocupado casi en su totalidad por las mesas de los locales de restauración. Si en lugar de ir hacia la derecha desde la playa Gran, vais hacia la izquierda, la vista tampoco os va a defraudar, porque vais a encontrar la otra postal típica de Cadaqués, y es que creo que ha sido retratada desde todos los ángulos, y en todos sale igual de bella.

La visita la podéis completar acercandoos hasta la playa de Port Lligat, el lugar donde se ubica la casa-museu Salvador Dalí que podéis visitar, previo pago de la correspondiente entrada.
El paseo no lleva mucho más de 20 minutos aunque si lo hacéis en modo relax o si sois un grupo de 19, como era nuestro caso, es probable que tardéis algo más o que cuando el último llegue el primero lleve ya en el lugar un largo rato. Sea como sea, es un paseo sencillo que transcurre primero entre las calles de la población, siguiendo las señales hacia Port Lligat, no hay pérdida.
Una vez las casas empiezan a no estar tan apiñadas vais a llegar a la ermita de Sant Baldiri, merece la pena pararse unos minutos. Es un pequeño templo de una sola nave al que vale la pena entrar así como al pequeño y «romántico» cementerio adyacente.

A partir de aquí el camino desciende y enseguida vamos a poder ver a la derecha la bahía de Port Lligat y también parte de la Casa-Museo de Salvador Dalí. El lugar es precioso. La casa no podría tener mejores vistas, a pie de la playa de Port Lligat, una pequeña cala donde el mar queda bastante protegido por las formaciones rocosas de alrededor. Puedo imaginar lo relajada que podía ser aquí la vida cuando era refugio del pintor, hoy día las cosas han cambiado, el lugar es muy bullicioso y atrae a multitud de visitantes y la calita se llena de barquitas de recreo en verano.

En resumen, Cadaqués – Port Lligat es visita recomendable y una buena forma de pasar una jornada, un inconveniente, puede que esté algo masificada si vais en época estival, festivos o puentes, otro, la tramuntana en el caso que os encontréis con ella, a pesar de ello, vale la pena acercarse y crearse una opinión propia.
Dónde comer:
Nosotros fuimos en fin de semana de puente, estaba todo bastante lleno y éramos un grupo grande, casi tantos adultos como niños, encontramos sitio en Bar Alba, os lo recomiendo, un menú de 15€ que pagamos encantados porque de verdad que estaba todo riquísimo incluso los arroces. El servicio por parte de los camareros fue muy bueno. El inconveniente, la persona que parecía responsable del local o no debía tener un buen día o directamente era antipática, además no le hizo ninguna gracia que hubiera tantos niños, lo de comer en mesas separadas no lo pongo como inconveniente porque estamos dispuestos a ello cuando somos tantos.
En el blog Viajeros Callejeros opinan que Cadaqués es el pueblo más bonito de Cataluña.
Entrada redactada después de visitar Cadaqués en abril de 2018.

