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MOJÁCAR, legado árabe en la provincia de Almería.

Mojácar es una villa situada en la costa de Almería a unos 90 km. de la capital. Es uno de esos típicos pueblos blancos andaluces, de calles estrechas, bellos rincones y olor a buganvilla.

Sus casas se encaraman en la colina aprovechando la orografía del terreno para diseminarse en la falda de la pequeña montaña y volverse a agrupar en la linea de la costa. Si bien sus playas atraen a muchos visitantes es sin duda su núcleo urbano el principal culpable de que Mojácar sea visitada año tras año por miles de turistas.

Mojácar nos pilla muy cerca del lugar de nacimiento de mis padres así que siempre que bajamos al pueblo nos gusta pasar una tarde paseando por esta villa encantadora. Al caer la tarde los colores dan un tono especial al lugar y las vistas desde su múltiples miradores merecen la pena, además hacia finales de agosto las temperaturas ya no son tan extremas como se pueda pensar y hacer una visita de tarde noche por este pueblo resulta muy agradable.

Al llegar subid hacia la pueblo y rodeadlo por su parte derecha hasta llegar a un inmenso parking donde podéis dejar el coche. Desde aquí podéis acceder a la parte alta del pueblo bien a pie bien en ascensor (seguid la señales que os llevan hasta él) una vez en la parte alta del pueblo ya podéis empezar vuestra visita.

No es difícil echar un primer vistazo a Mojácar, así como sin quererlo podremos visitar la plaza del ayuntamiento, la iglesia de Santa María, la plaza del Parterre, el Torreón, la puerta de la ciudad… todo ello en su casco histórico. Perderos por él sin rumbo y sin miedo, la villa es muy asequible y no hace falta plano, a no ser que estéis interesados en algún punto concreto de su trazado.

La plaza del Parterre, el Torreón y la puerta de la ciudad.

Junto a la iglesia también se puede ver una de las estatuas dedicadas a la mujeres mojaqueras.

Mojácar perteneció al Reino Nazarí de Granada durante siglos y el legado árabe es muy visible en sus calles, en su arquitectura y en su decoración. Para recordar este periodo de su historia en junio se celebran las fiestas de Moros y Cristianos.

Merece también la pena subir hasta el mirador del castillo, a 175 metros de altitud fue un antiguo emplazamiento vigía, hoy día alberga un centro de arte. Se obtiene una amplia vista sobre la costa de Mojácar.

Mojácar es también uno de esos pueblos llenos de tiendas encantadoras donde encontrar originales objetos decorativos así como prendas de vestir y complementos de estilo étnico, además la oferta gastronómica es amplia y no es difícil encontrar mesa en las múltiples terrazas con vistas las mejores las que se divisan desde la plaza nueva de la localidad un balcón hacia el valle de las pirámides que permite apreciar la puesta de sol.

Desde 2013 forma parte de la red de Pueblos más Bonitos de España.

DONDE COMER:

Siempre que vamos a Mojácar comemos en el restaurante La Muralla, lo descubrimos la primera vez y siempre repetimos por su privilegiada situación, en la parte alta de la localidad, en un extremo casi escondido, una verja con arco da acceso al restaurante que dispone de una terraza con unas vistas impresionantes. El local se encuentra alejado del bullicio y es muy tranquilo.

Dispone de una carta variada pero es ideal para ir con niños, conviene reservar ya que se llena pronto. Nosotros lo primero que hacemos así que abre es reservar y nos garantizamos el primer turno, suele haber cola más allá de las 10.00 de la noche. La relación calidad precio es buena y la atención siempre ha sido muy correcta.

Apuntad Mojácar en vuestra agenda si visitáis la zona, no os arrepentireis.

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